Por Carlos Fong
Hay dos pequeñas antologías literarias, pero esenciales: La voz aún no quemada (1990) y El humo y la ceniza (1993). La primera sólo es de poesía; la segunda, contiene testimonios, ensayos, cuentos y poemas. Ambas ediciones fueron casi clandestinas, sin ISBN y sin estudio o prólogo. Aún así deberían reeditarse ahora con más textos. También sobre la Invasión existe documentación audiovisual como el trabajo de Barbara Trent y David Kasper, Panama Deceptionque mereció un Premio Óscar y el corto Visión médico forense de la invasión a Panamá producido por el Sistema Estatal de Radio y Televisión, con guión de Emma Gómez. Existen otros trabajos.
Desde la reflexión y los estudios, hay una amplia lista de trabajos que tocan el tema desde la historia, la sociología, la filosofía y el testimonio. Los trabajos más importantes son el de Olmedo Beluche, La verdad sobre la Invasión (1990); Ricaurte Soler, La invasión de Estados Unidos a Panamá (1991); José de Jesús (Chuchú) Martínez, La invasión de Panamá(1991),y el trabajo de Pedro Rivera con Fernando Martínez, El libro de la Invasión que recoge testimonios valiosos. Hay cientos de documentos, informes, artículos, ensayos sobre este tema escritos por nacionales y extranjeros. Revistas como Tareas, Lotería y la Revista de Sociología de Universidad de Panamá han dedicado números especiales al tema. Y todavía hay mucho que estudiar.
En este breve artículo sólo nos interesa hablar un poco, aunque sea superficialmente, de algunos autores que, desde la ficción o la escritura creativa, han aportado al tema con valiosos textos que deberían estar sumados y compilados en una gran antología literaria sobre la Invasión de manera que sirva para el uso de los docentes en el aula de clase: una forma de conocer la historia es a través de los cuentos, las novelas y la poesía.
Sobre la discusión de si se puede hablar de una Literatura de Postinvasión o una Generación Postinvasión, el filósofo Mario García Hudson en su libro Conversaciones sobre literatura panameña (2002) describe las siguientes caracterizaciones del discurso postinvasión:
1. Orientar el tema patriótico como acto de reafirmar la identidad amenazada.
2. Una estética poética con una alta carga de elementos políticos, lenguaje irónico y existencial de acuerdo a los referentes, y a la formación literaria de cada escritor.
3. La espiritualidad de la conciencia urbana en la construcción de un cosmos literario vislumbrando la tragedia en función a alegatos testimoniales.
Para nuestro concepto, las obras que hemos elegido como muestra logran reunir estos elementos y son indispensables para ayudar a entender la Invasión e indagar sobre cómo esta circunstancia histórica afectó la circunstancia existencial humana. Los cuentos son textos cortos y desde las acciones de sus personajes, nos obligan a tener una visión de cómo la humanidad y la dignidad fueron pisadas en nombre de una falsa liberación.
El cuento es un género que por su estructura y extensión permite tocar hechos concretos sin divagaciones y digresiones. Hay cinco libros clave: Juan Garzón se va a la guerra (1992), de Moravia Ochoa; Los ultrajados (1994), de Mario Augusto Rodríguez; Desde el otro lado del sueño (2002), de Pedro Luis Prados; Las huellas de mis pasos (1993), de Pedro Rivera; y, más reciente, Un milagro bastante raro (2008), de Víctor Manuel Rodríguez. Algunas de estas obras como la de Rivera, Prados y Rodríguez ganaron el Concurso Nacional de Literatura "Ricardo Miró" y abordan la condición humana desde los hechos de la Invasión al tiempo que presentan una visión urbana desde el barrio El Chorrillo y San Felipe; el barrio como espacio donde lo cotidiano se fricciona con los poderes. Estas obras son imprescindibles para entender nuestra identidad y el daño que sufrió con la Invasión.
Enrique Chuez escribe la primera novela sobre la Invasión: Operación Causa Justa (1991), cuyo escenario es el barrio del El Chorrillo; al igual que Pedro Rivera, Chuez hace que las acciones de sus personajes nos narren desde la cotidianidad de un barrio cómo la condición humana fue afectada. José Franco, con su novela Las luciérnagas de la muerte (1992), también nos brinda una visión de la invasión del Ejército norteamericano con una historia donde el amor es el centro de todo. Mario Augusto Rodríguez escribe la novela Negra pesadilla roja (1993) y logra que sus personajes nos cuenten la historia. Juan David Morgan también hace su aporte al tema con su novela Cicatrices inútiles (1994); con la pluma indagadora que lo caracteriza, Juan David Morgan explora los hechos que llevaron a los yanquis a invadir y se pregunta si valió la pena.
El primer poema escrito y publicado sobre la Invasión se le atribuye a Carlos Jiménez Varela, Patria fusilada. Y Moravia Ochoa escribe No perdono país, un hermoso texto que logra conmover desde sus primeros versos: "No perdono, país, al que te afrenta, / al que te enfrenta no le doy prestado / ni me regalo ni me paro al lado / porque para llegar a ti me he levantado /del horror de tu cuerpo difamado / de la fosa común donde has estado". Otro poeta que dedica sus poemas al tema es Martín Testa Garibaldo, es tal vez el poeta que más ha escrito sobre la Invasión. Su primer libro dedicado por completo a la Invasión fue Parte y novedades (1995) y luego publica Estaciones ocupadas (1998). En Parte y novedades nos dice el hablante lírico estos versos: "Madrugada de cenizas / percepción infernal... Cada estruendo / nos muda el mapa". Otros poetas que han dedicado poemas de gran valor al tema son Roberto Luzcando, Ramón Oviero (1938-2008), Gloria Young, Arístides Martínez Ortega, Arysteides Turpana, Xavier Collado, Consuelo Tomás, Bertalicia Peralta, Moisés Pascual, Indira Moreno, entre otros. En este breve artículo no hemos hablado del teatro y del ensayo; géneros que también tienen sus aportes.
Nosotros creemos que los escritores han hecho su aporte al tema de la Invasión. Han cumplido con su responsabilidad social y con su misión: contar su historia desde su perspectiva y su visión, independientemente de la ideología de cada uno. La literatura es una de las principales herramientas con las que cuenta un pueblo para conocer su historia, para recordarla y para reflexionar sobre los problemas y sus causas. La literatura es la memoria de un país. Si no ponemos en nuestros jóvenes estudiantes estos libros, estas formas de representaciones de la realidad, estamos ocultándoles su derecho a conocer la verdad y, sobre todo, a tener un juicio crítico sobre la historia.
Nota del autor: en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero Reyes (Parque Omar), en la Sala panameña, se exhibe una muestra de la literatura con tema de la Invasión. No dejes de visitarla.
2 comentarios:
Saludos. Brevisimo comentario. Creo que la revista se llama "Lotería,", no "La Lotería." Un abrazo,
Roberto
Llevaba siglos buscando una lista así! Gracias!
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