Agradezco esta invitación que los escritores nos hacen esta noche a tres lectores. Yo me siento como se sentiría un soldado raso a quien le permitieran un día entrar al club de oficiales (y perdonen este símil gorilesco).
Edilberto González Trejos, organizador de los cafés literarios de la Asociación de Escritores de Panamá, nos propuso a Cecilia Salas, a Adviel Centeno y a mí contestar a tres preguntas.
¿Qué espera el lector del escritor?
Así como los oficiales no deben olvidar que fueron y son soldados antes que oficiales, así también ustedes los escritores no deben olvidar que fueron y son lectores antes que escritores; que fueron monaguillos antes que sacerdotes de esta religión llamada Literatura. Si no olvidan esto, no tendrán necesidad de preguntarnos a los lectores lo que espera el lector del escritor, porque obtendrán la respuesta preguntándoselo a ustedes mismos.
La Literatura es un arte y el arte es comunicación.
Hay escritores narcisistas que dicen escribir para sí mismos y que si no los entienden los lectores es problema de los lectores y no de ellos.
Hay escritores elitistas que se sienten muy felices escribiendo para unos cuantos intelectuales que dicen entenderlos y que son generalmente los que otorgan premios y echan flores en publicaciones especializadas.
También hay quienes se esfuerzan en escribir lo más sencillamente posible tratando de llegar a la mayor cantidad de lectores.
¿Quién creen ustedes que tiene más mérito, el educador que sabe mucho, pero tiene dificultad para enseñar lo que sabe o el que tiene la habilidad de explicar lo poco que sabe de forma que todos lo entiendan? Yo creo que, así como el objeto de los educadores son los alumnos, el objeto de los escritores son los lectores y, por lo tanto, un escritor que no sepa o que no quiera llegar a los lectores, no vale gran cosa.
Lo que este lector espera de los escritores es que se hagan entender lo mejor posible. Después, que confíen en su talento y se olviden de imitaciones.
Las otras dos preguntas son:
¿Conoce el lector a los escritores nacionales?
¿El escritor panameño está sintonizado con las necesidades del lector?
Creo que estas dos preguntas pueden tener respuestas similares.
La mayor parte de los lectores panameños no conoce más autores nacionales que los que le obligaron a leer en la escuela. Hay quienes han tenido la mala suerte de leer un par de cosas de autores locales que no les gustaron y por eso tienen el prejuicio de que no les va a gustar nada de lo que escriben sus paisanos.
Yo he sentido la vergüenza ajena de oír decir a lectores panameños que no leen a sus compatriotas porque todos son malos. Estoy seguro de que los que dicen esto no tienen suficientes elementos de juicio para tal afirmación.
Para satisfacer las necesidades del lector panameño ustedes los escritores tienen por delante dos retos: decirles a los lectores que en su patria hay autores tan valiosos como los que nos llegan de fuera y demostrárselo. El escritor panameño no está sintonizado con sus lectores por falta de medios, porque es costoso hacerse conocer.
Esta asociación de escritores debería tener espacios en la televisión, en la radio y en los periódicos donde aparecieran en anuncios cortos e impactantes autores nuestros diciendo brevemente lo que han escrito, de qué tratan sus obras y dónde pueden adquirirse. Pero no como relleno en horas muertas, sino como cuñas en los capítulos de las telenovelas o en los espectáculos deportivos.
Lo malo es que no hay ni habrá canales, emisoras o periódicos que quieran sacrificar mínimas porciones de sus valiosos espacios (si no valiosos, sí costosos) para difundir nuestra cultura sin que les paguen.
Ahí es donde debería intervenir el Estado. Si nuestro gobierno invirtiera en promover la cultura siquiera la mitad de lo que gasta en divulgar lo poco que hace, otro gallo cantaría; pero como los escritores no cierran calles y además andan cada uno por su lado, ¿qué gobierno les va a hacer caso?
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