Panamá, 3 de octubre de 2008
Lic. Guido Rodríguez
Director del diario Panamá América
E.S.D.
Estimado Lic. Rodríguez:
La forma poco seria como está redactada la nota, que no noticia, del periodista Carlos Atencio Atencio en torno al Fallo del Premio Signos de Minicuento “Rafael De León-Jones” 2008, en la sección “Ey” del diario Panamá América del 2 de octubre, es una falta de respeto a los organizadores de dicho certamen y en general a los escritores panameños, porque a ratos tergiversa los hechos y otras veces falta completamente a la verdad. Para empezar, es antiperiodística la nota porque en ningún momento entra en materia informando los datos más elementales, a fin de que el público lector se ilustre: de qué se trata este premio, sus objetivos declarados, cuándo y cómo fue convocado, qué entidades lo organizan, a qué obra se decide finalmente otorgar el premio ni quiénes fueron los jurados. Se trata, como resulta evidente, de una serie de groseros errores que no deben pasar por alto los directivos de dicho medio. Como si se tratara de un tabloide sensacionalista cualquiera, el título mismo de la nota nace deliberadamente sesgado, ya que al emitir un juicio de valor, por llamar la atención tuerce la verdad: “Premios de cuentos en decadencia. Siguen premiando a escritores malos”.
Vamos por partes. El sábado 27 de septiembre, a la periodista Rosalina Orocú, del “Panamá América”, se le mandó por correo electrónico tanto el Fallo emitido por los jurados Ariel Barría Alvarado, Rodolfo de Gracia y Enrique Jaramillo Levi, como un Boletín de Prensa preparado por 9 Signos Grupo Editorial en el que revelaba la identidad de la ganadora del certamen, escritora Lupita Quirós Athanasiadis, se explicaba el monto del premio (B/. 1,000.00) y el compromiso de publicación de la obra ganadora, y se ofrecía un resumen de la exitosa carrera de dicha creadora literaria. Poco después, la periodista Orocú, como es su costumbre, destacó la noticia ampliada con datos que investigó sobre Lupita Quirós Athanasiadis (le estoy adjuntando, para su conocimiento, ambos documentos previamente enviados). Cuatro días después, el jueves 2 de octubre, aparece en el “Panamá América” el desafortunado texto de marras del Sr. Atencio, plagado de imprecisiones, con malintencionados juicios de valor, y por tanto carente de toda objetividad.
Para empezar, no es su papel demeritar, como lo hace dicho periodista, el criterio de los jurados ni pontificar sobre la condición de “mala escritora” de la ganadora del premio, a ninguno de los cuales, inexplicablemente, nombra en su diatriba. Por otra parte, su intención de poner este Fallo dentro de un supuesto contexto de generalizada mala calidad de la obra de los cuentistas nacionales por el solo hecho de que ese género fue declarado desierto en el Concurso Ricardo Miró en 2007, y basándose en declaraciones dadas en aquella ocasión por uno de los jurados de ese certamen (Benjamín Ramón), para entonces extrapolarlo a un subgénero tan difícil y poco cultivado en Panamá como lo es el minicuento, es un exabrupto. Poco tiene que ver una cosa con la otra: es como confundir manzanas rojas con manzanas verdes. Contrario a lo que asegura el Sr. Atencio, en el Panamá actual hay una asombrosa cantidad de buenos cuentistas, la mayoría surgida a partir de 1990, aunque en este concurso de minicuentos en particular la mayoría de los participantes mostrara deficiencias.
Lo que el jurado del Premio “Rafael De León-Jones” declaró en su Fallo fue que “en términos generales, hay una tendencia a confundir textos narrativos, crónicas, estampas y hasta chistes con minicuentos, lo cual denota un lamentable desconocimiento de este subgénero.” Resulta evidente que si la obra “A cuentagotas”, de Lupita Quirós Athnasiadis, “integrada por 19 minicuentos de desigual valor literario, ofrece los siguientes méritos: prosa elegante, buena creación de ambientes, finales sorpresivos, historias amenas”, tal como se consigna en el Fallo, es porque el jurado considera que dichas cualidades constituyen, en la gran mayoría de sus minicuentos, una notable excepción en el conjunto de obras recibidas, y que son lo suficientemente sobresalientes como para hacer merecedora del premio a su autor o autora. Escribir que se sigue premiando a malos escritores es una aberrante falsedad, por donde se le mire.
Cabe recordar que las obras compiten con seudónimo, por lo que los miembros del jurado ignoran su autoría. Y una vez emitido el Fallo y abierta la plica correspondiente, todas las demás plicas en las que viene la identidad de los otros autores son destruidas sin abrir. Por otra parte, la limpieza de la trayectoria literaria de esta autora y la calidad de su obra cuentística publicada hasta la fecha (dos libros de cuentos y otro por aparecer en unos días, así como una novela corta) son incuestionables. El suplemento “díaD” del “Panamá América”, por cierto, le ha publicado a Lupita Quirós Athanasiadis, de forma muy destacada, ocho cuentos en poco menos de un año. No entendemos, entonces, la negativa actitud, como de francotirador amargado, del Sr. Atencio hacia la ganadora de este certamen apoyado económicamente por la familia De León-Jones para honrar la memoria del talentoso joven escritor Rafael De León-Jones (1969-2001), y hacia el entusiasta esfuerzo de los organizadores de este premio que se concede por primera vez.
Finalmente, el Sr. Atencio ofende a los integrantes del jurado del Premio Signos de Minicuento “Rafael De León-Jones” 2008 al llamarlos simples “profesores y escritores a falta de críticos”, lo cual es ridículo exigir en el contexto cultural panameño, donde efectivamente no existen verdaderos críticos profesionales, y los pocos que ejercen como tales necesariamente son fundamentalmente escritores y a menudo, al mismo tiempo, profesores de Español, como en efecto lo somos Ariel Barría Alvarado, Rodolfo de Gracia (por cierto, ambos columnistas de “díaD”, y corrector de estilo, el segundo, del Panamá América) y Enrique Jaramillo Levi. Y, además, el hecho de que yo, en lo personal, pertenezca a 9 Signos Grupo Editorial, empresa que convocó este certamen, no invalida en lo absoluto la posibilidad de que, precisamente por esa razón, forme parte del jurado. Esta es una política completamente usual en otros países del mundo cuando empresas editoriales que tienen escritores entre sus miembros son las que convocan certámenes literarios nacionales o internacionales.
Espero, Señor Director, que por la relevancia que tiene el tema en cuestión, y por el prestigio de las personas aludidas, tenga a bien llamarle la atención al Sr. Atencio Atencio por su actitud descomedida, así como publicar –acaso en la sección de Opinión— esta réplica.
Cordialmente,
Enrique Jaramillo Levi
Socio-fundador de 9 Signos Grupo Editorial
No hay comentarios:
Publicar un comentario