Por Ricardo Arturo Ríos Torres
Durante tres años coordiné ad honorem el Círculo de Lectura del Centro de Cumplimiento, entidad que alberga a los jóvenes sentenciados por sus delitos. A esos chicos los conocí en un acto organizado por La Lotería con ocasión de la Semana del Libro, participaban también estudiantes de algunos colegios secundarios de la capital.
De allí nació la idea de compartir con ellos mis experiencias del Círculo de Lectura de la USMA [Universidad Santa María La Antigua]. El equipo de profesionales que dirigían el Centro acogieron con entusiasmo la iniciativa.
Mis estudiantes de la USMA visitaban el Centro de Cumplimiento y ellos acudían a las reuniones del círculo tanto en la universidad como en la librería Exedra. Luego los llevé a las dos primeras Ferias Internacionales del Libro celebradas en nuestro país. Además participaban en nuestras presentaciones de libros, incluso fueron protagonistas cuando Rosemarie Tapia realizó la gala de Roberto por el buen camino.
Ninguno de los chicos del Centro se evadió, eran un equipo, una familia, eran conscientes de la oportunidad que se les ofrecía.
Trabajaron un Boletín informativo como el de Huellas de la USMA. Escribieron poemas, cuentos y el inicio de una novela. Neco Endara le obsequió una computadora a uno de los escritores del Centro de Cumplimiento.
La Embajada de España, les envió diccionarios y libros. El Panamá literario nos apoyó, los autores donaron sus obras.
En una ocasión los llevé a una conferencia internacional sobre lectura actividad celebrada en El Hotel El Panamá. Allí dieron testimonio de sus experiencias, fue inolvidable, los expertos de distintas latitudes se emocionaron con ellos, muchos lloraban ante sus vivencias.
En las reuniones de la USMA como en Exedra analizaban los libros con tal propiedad que muchos creían que eran universitarios, aprendieron a comunicarse, a pensar lógicamente, a compartir con naturalidad su pasión por la literatura. Ninguno de ellos volvió a reincidir, estudiaban en la secundaria e incluso en la universidad, era parte del programa de resocialización. Se habían humanizado pues se les trataba con respeto y aprecio. Aclaro que en ese grupo todos los delitos estaban presentes. Comprobamos que eran chicos sin hogar, carentes del amor y cariño de una familia formal.
Pero todo cambió, Martín Torrijos asumió el poder ejecutivo y su ministra de La Familia y Desarrollo Social, removió al equipo de profesionales que dirigían con dedicación, responsabilidad y mística el Centro de Cumplimiento, el Panamá político consideró esa entidad como otro de sus espacios, nada detuvo a la ministra de turno, barrió con las trabajadoras sociales, psicólogo, directora, incluso a los custodios con amplia experiencia. El Círculo de Lectura desapareció, luego la ministra fue premiada por el presidente y la integró a su equipo de asesores.
Ante la tragedia que hoy conmueve a la sociedad panameña reiteramos nuestro reclamo ciudadano, que el Panamá político renuncie a considerar como espacios partidistas las instituciones públicas, necesitamos un director de la Policía que sea un profesional especializado y nunca un militar como el que tenemos hoy. Actualmente la policía militarizada avasalla al ciudadano común, recordemos Changuinola y los asesinatos de los obreros. El policía actúa preventivamente, el militar está preparado para matar. Que el equipo de las cárceles se integre con funcionarios profesionales ajenos al clientelismo político.
La tragedia de los adolescentes quemados en el centro penitenciario nunca más debe repetirse. El Panamá político es el responsable de ese crimen institucional.
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